21.3.06

Ser un Angel (Partes III y IV)

TRES


Otra vez algo comenzó a moverse detrás de unas ramas. El miedo y la intriga se apoderaron de mí totalmente y de una vez por todas. Las ganas de salir de mi escondite eran enormes pero una fuerza extraña no me permitía moverme, era como si la quietud de la noche anterior se hubiera apoderado de mi. Un fuerte cosquilleo pasó por todo mi cuerpo, similar a la sensación de tener todas las extremidades del cuerpo dormidas, incluyendo por la cabeza. Me sentía extraño y comenzaba a sentir unas nauseas que nunca había tenido.

Con mucho esfuerzo pude ver un árbol al fondo de un camino, mi vista se había nublado de vuelta. Era un ombú viejo y casi muerto que sólo tenía unas pocas hojas. Quería acercarme a él pero me era muy difícil caminar. A tientas y gateando pude acercarme a la enorme planta y, sorprendentemente, tuve la sensación de que el árbol estaba respirando. Acerqué mi mano para comprobar si realmente el Ombú se estaba contrayendo y dilatando constantemente. Con mucho cuidado me levanté y apoyé mi mano sobre el tronco y efectivamente comprobé que mi presentimiento había sido correcto. Para sorpresa mía noté también que el árbol emitía un calor casi humano.

No podía despegar mi mano de la planta, no quería dejar de sentir todo eso que me estaba pasando. El calor que estaba recibiendo parecía eterno, parecía un calor de primavera pero que podía abrigar incluso a la persona más alejada en el rincón mas recóndito del Polo Sur. El árbol también parecía necesitar de mi contacto.

Repentinamente, un aura de un color verde aguado comenzó a crecer alrededor del Ombú. Poco a poco fue tomando mi brazo y el resto de mi cuerpo y me encontré inmerso en una especie de nube que no solo era hermosa, sino que también estimulaba todos mis sentidos.

En mi boca sentí todos los sabores del universo y a pesar de durar solo unos segundos pude reconocerlos a todos e identificar de dónde provenía cada uno y, junto a estos gustos, venían los aromas de todos estos. También pude oler los campos más extensos y todas las fragancias de las flores. En mis manos sentí las telas más suaves y también la piel de mujer más tersa y perfecta para la caricia que yo hubiese necesitado. Vi la mujer más hermosa y al hombre más bello besándose apasionadamente, confundiéndose en la más perfecta expresión de amor, y con solo mirarlos podía yo saber que nunca vería a nada igual. Todo venía acompañado por sinfonías jamás escuchadas y sonidos irreconocibles pero hermosos, todo iba al compás de la música en una coreografía eterna y que no se repetía.

En un súbito segundo todo desapareció. Eso es todo lo que recuerdo de esa noche.


CUATRO

Desperté y sentí lo mismo que sentí la mañana anterior. Otra vez me costo pararme e identificar donde me encontraba. Pero finalmente lo hice y no me encontraba en ningún lugar familiar. El verlo todo todo tiene un precio.

3 comentarios:

eufemisma dijo...

~sensación rara~

yo soñé que compraba sedas y me daban servilletas de esas para panchos



en algun lado tenía que contarlo


ahora voy a hacer un post sobre eso

gracias

Anónimo dijo...

si pongo algo asi como "q buen final, lo deja a uno pensando" te vas a dar cuenta de q no lo lei y si digo algo asi como "un final muy inesperado, nunca me lo hubiera inmaginado" tambien te darias cuenta de q no lo lei por eso no digo nada y asi no te das cuenta de q no lo lei.

Seba dijo...

panchos y sedas tienen una relacion muy directa si lo pensas....