19.3.06

Ser Un Angel (Partes I y II)

UNO

Ella estaba por besarme, su boca se acercaba a la mía. Desperté. Me encontraba en el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires. Era de noche y me había quedado dormido después de un día no tan agotador como otros. Solía ir por ese barrio para estudiar o bien para distenderme, no se por qué encontraba en ese lugar cierta paz que no podía encontrar en mi casa. Por eso haga frío o calor, iba al Jardín o bien a la plaza Las Heras para poder concentrarme.

El frío típico de las noches de Mayo no se presentó esa noche, a pesar de haber sido una tarde bastante fría. De todos modos estaba lo suficientemente abrigado. Me asusté un poco al encontrarme tan solo en ese lugar (no es nada lindo estar solo en una especie de bosque en medio de la noche), por lo tanto procuré buscar la salida rápidamente y huir de una sensación extraña que empezaba a atacarme. Comencé a buscar un guardia camino a la puerta, porque sabía que a esas horas el jardín ya se encontraba cerrado e iba a necesitar que alguien me abriese.

Todo se presentaba de una forma totalmente diferente a como era durante el día. Los árboles habían abandonado esa apariencia e imagen de vida que me inspiraban durante las mañanas o las tardes. Ahora todo era mucho más oscuro, más triste. No me asustaba la imagen, sino la impresión de un lugar abandonado pero que no lo estaba del todo, alguien todavía se encontraba en este lugar tan común para mí y no podía identificar que era eso.

Todo estaba tan quieto y tenía la impresión de que el tiempo se había detenido, no se escuchaban ruidos de las calles aledañas, y mucho menos parecía acercarse la aparición de un efectivo de seguridad por ese lugar. Miré a mi alrededor y me di cuenta que no conocía esa zona del Botánico, o bien no la reconocía por encontrarme allí de noche. Seguí por ese camino para ver si encontraba una salida o un camino ya recorrido.

Al doblar en una curva vi algo moverse detrás de un grupo de araucarias (no había podido reconocer nada, pero supe identificar las araucarias). La angustia crecía en mi cuerpo junto con el deseo de encontrar a alguien que me guiase hacia la salida y me lleve rápidamente hacia allí. Aceleré mi paso, convirtiéndome en una masa torpe en busca de ayuda, cuando di la vuelta, tropecé con una rama o una piedra y al golpear mi cabeza contra el piso me desmayé

DOS

Cuando recuperé la conciencia ya no me encontraba en el Botánico. Estaba recostado en una cama y mi vista estaba un poco nublada. Me costó mucho sentarme y ponerme de pie, tardé unos 5 minutos en juntar las fuerzas para despegar mi cabeza de la almohada. Cuando pude hacerlo, había recobrado la visión completamente y pude darme cuenta que me encontraba en mi casa, más precisamente en mi habitación, y aún mas extraño, en mi cama.

La base de mi colchón tenia unos rastros de tierra seca y todavía tenía puesta la ropa del día anterior (si es que sólo había pasado una noche), así pude confirmar que no acababa de tener un sueño, que efectivamente había estado en el Jardín. Me encontraba solo en mi casa y no pude preguntarle a nadie cómo había llegado a allí. No me animaba a preguntar a vecinos o al portero si sabían de qué manera había arribado al lugar por miedo a que crean que estaba loco. Si no recibía una respuesta, rápidamente lo estaría. Decidí que lo iba a averiguar por mí mismo.

Partí esa misma tarde hacia el lugar donde me había desmayado la noche anterior. Ingresé y me escondí entre unos arbustos unos minutos antes de la hora del cierre. Tal vez tendría que esperar bastante tiempo, pero nada me iba a detener. Tenía que averiguar sí o sí qué era lo que estaba ocurriendo en ese lugar.

Un par de horas después, el sueño y el aburrimiento comenzaron a apoderarse de mí. No había previsto que probablemente iba a tener que esperar un largo rato hasta estar seguro de que nadie se encontraba alrededor, y de que cualquier cosa podía ocurrir. Me costó mucho pero pude soportar la nada, pero nada era en vano.

Nadie se encontraba cerca, nadie me había visto entrar, ni muchos menos esconderme entre las ramas de una planta extraña. Esperé el momento exacto para salir de mi escondite con ansias y poder así buscar con intensidad algo interesante para satisfacer mis dudas.

Cuando lo consideré posible, poco a poco, fui abandonando mi guarida y poniéndome de pie. Todo coincidía con la noche anterior; el mismo aire quieto, la misma sensación de tiempo detenido. Presentía que algo estaba por ocurrir.

6 comentarios:

Seba dijo...

Perdón por cualquier error, pegué y copie y no se si fue la correcion final...igual opiniones bienvenidas, y se viene las otras 2 partes

Anónimo dijo...

muy bueno el arranque rengo!
tene cuidado, no se que tenes en mente.. pero sé que el gremio de los duendes es jodido... tiene un sindicato fuerte, cuidado con nombrarlos en tu cuento.

Esperando con ansias el cap 3...
un abrazo suavecito sin joder la gamba!
gabeee

Anónimo dijo...

la razon por la q no te escribi antes es q lo empeze a leer hace 3 dias masomenos y recien hoy lo termine, esta bueno, no puedo esperar a la continuacion.

metete a mi flog ( www.fotolog.net/mbwuo ) y decime si opinas = q yo con el tema de los mails.

besos.

PD: sorry q no fui la otra vez a tu casa pero me qede estudiando (al pedo porq reprobe pero estudiando en fin)

Anónimo dijo...

hahaaaaa me olvidaba de joderte.

cuando queiras salimos a caminar un rato.

Caperucita dijo...

y los días de reclutamiento han dado frutos =) jejeje
muy bueno... a ver que sigue.

PD: cambio de dirección http://caperucitastown.blogspot.com

eufemisma dijo...

oooh lo lei en desorden !



el jardin botanico me gusta por los gatos

continuue
adio!