24.8.07

Instrumento

Mientras ella se acercaba las inhibiciones de tipo solitario aumentaban y la ansiedad se apoderaba poco a poco de su cuerpo. Pablo sabía que en el momento de concretarse el encuentro iba a tartamudear y el silencio aparecería incómodo y molesto. Ya podía ver como sus manos empezarían a transpirar al mismo tiempo que su corazón latiría rápido y sin un ritmo lógico hasta sentir que sale de su pecho. Y lo peor sucedería cuando vuelva la calma, porque no como muchos piensan esto indica progreso. El silencio será en ese momento aún más incómodo hasta el punto de tornarse en algo insostenible. En aquel instante será la cabeza la que empieza a trabajar y notaría la lástima que sienten todos por el. El mismo sentimiento odioso que llevo a Carla a concretar este encuentro sin consultarle a Pablo.

Así cuando ella estuvo a su lado la resignación se hizo presente, como cuando aceptó sin quejarse la cita con Marina, la amiga de Carla. Sin levantar la vista él pudo ver que ella lo miraba a los ojos y con una media sonrisa dijo:

- Hola

- Hola- contestó en un tono casi imperceptible.

Luego de unos segundos ella sentenció la frase que trajo más dudas de lo esperado: “Desde lejos se nota que sos tímido”; algo que podía ser bueno porque Marina no tendría que fingir ni hacer esfuerzos por sobrevivir a esa tarde que seguramente sería penosa, pero que el mismo tiempo le daba la certeza de que ella sabía lo que le esperaba.

Encendió un cigarrillo y se sentó junto a él, sin esperar que ocurra algo en especial, solo fumando. Cuando quedaba solo la colilla y un poco de tabaco se levantó, pisó el cigarrillo y sin mirarlo le dijo: “¿Vamos?”

Sin saber donde iban Pablo la siguió por los puestos de la plaza, los que recorrieron por un largo rato. Miraron las diferentes curiosidades y artesanías que ofrecían los puesteros. Ella agarraba complaciente los productos cuando alguno le decía “Podes agarrar sin compromiso” – como si así quisieran crear una especie de lazo que prometía una venta. El, en cambio, no se animaba a tocar nada de lo que estaba en exposición, miraba todo con el miedo infantil de que sus manos flacas y aparentemente frágiles puedan dejar caer algo.

Debieron haber caminado media hora y siempre detrás de ella (o a su lado cuando tomaba coraje) estaba Pablo casi como si fuese solo una extremidad de algo mucho mas importante.

Así llegaron a un puesto donde un artesano de barba canosa y con aspecto de hippie viejo y nostálgico ofrecía varios instrumentos de cuerda, viento y percusión. “¿Sabes que?”, dijo, “Yo nunca tuve la oportunidad de aprender a tocar un instrumento”. Como respuesta al silencio continuó: “Mis viejos pensaban que no servía para nada y me mandaban a estudiar ingles a la cultural que quedaba a la vuela de casa”

Pablo agarro una flauta traversa de madera y toco algunas notas hasta que pudo descifrar la lógica del instrumento. Miró a lo ojos de Marina por primera vez en toda la tarde y dijo: “Yo estudié Piano y Saxo, tengo facilidad con la música y sobre todo con los instrumentos de viento”, y como respuesta al silencio esta vez creado por ella continuó: “Mis papás creían que así iba a poder expresar todo lo que me callo y no cuento”

Dejaron lo que habían tomado prestado por unos segundos y Pablo siguió a Marina hasta un banco donde se sentaron uno al lado del otro separados solo por unos pocos centímetros. Estuvieron callados un largo rato hasta que Marina tuvo una idea:

- Ya que sabés tanto me podes enseñar vos a tocar algo.

- Si, podría- contesto él sin esperanzas, tomando la prepuesta como una cortesía

- ¿Que te parece el Martes?


18.7.07

Es hora de confesiones. Cuando tenía cuatro años muchos de mis ratos libres los pasaba con Juan, mi amigo imaginario. Puede ser que este recuerdo lo tenga un poco bloquado, tal vez porque me da un poco de verguenza admitirlo y así es que jamas se lo conté a nadie. Lo sabén algunos integrantes de mi familia; para mis amigos y conocidos va a ser una sorpresa. Juan tenía familia, hermanos, y no estoy seguro si tenía novia. En realidad fue a mis cuatro años, principios de 1992, la vida de mi amigo imaginario se terminó.
Algo que fue preocupante para todos- más que el hecho de tener un compañero invisible- fue que él habia muerto en el atentado a la Embajada de Israel. Juan era bombero y murió el 17 de Marzo de 1992, yo que tenía cuatro años lo tomé con muchisima naturalidad.
Hoy fue el acto central por los 13 años del atentando contra la Asociasion Mutual Israelita Argentina, más conocida como la AMIA, y mientras pensaba en el dolor y el sufrimineto de los familiares y de los sobrevivientes no pude evitar acordarme de Juan.
Cuando yo perdí a mi amigo crecí de una manera dolorosa, y así abandoné mi mundo de fantasía para vivir en uno real. El atentado me hizo dar cuenta de muchas cosas que hasta ese momento no cabían en concepción: el dolor, la muerte, el asesinato, la injusticia y la intolreancia. Es así que como judío me sentí afectado por ese atentado, como parte de una comunidad que quería ser destrozada por gente llena de odio.
Más adelante, muchos años despúés del segundo atentando, mi visión de las cosas cambió: antes pensaba dentro de una comunidad, como un judío que se sintió atacado e insultado, pero hoy las cosas son distintas; hoy me siento insultado como argentino.
Quince años del atentado a la embajada, trece del atentado contra la sede de la AMIA. ¿Qué sería de la vida de Juan después de tanto tiempo? ¿Seguiría existiendo?¿Sería todavía mi amigo imaginario? No es tan grave; tarde o temprano hubiese madurado o me habrían hecho tomar las pastillitas correspondientes. Hay algo que si es grave: Hay 114 personas en total de las que nos podemos hacer las mismas preguntas. Hay 114 perosonas que eran padres, madres, abuelos, novios, maridos, esposas e hijos. Ellos eran reales. Ellos ya no están más. Por ellos exigimos Justicia a quienes correspondo: Presidentes, ministros, jueces, complices e ideadores . LOS ARGENTINOS EXIGIMOS JUSTICIA.

Sebastián Reibel 18/7/2007

4.7.07

Causa y Efecto

Del saludo a la voz
de la voz al discurso
del discurso vienen los temas
de los temas se va al silencio
del silencio a los ojos
de los ojos vamos a la boca
de la boca al beso
del beso a la caricia
de la caricia, la piel
de la piel viene la sensación
la sensación que es ella

20.6.07

Te Desprendes

Sentir
Un viento en la cara,
una mano sobre la espalda,
un beso en la dulce boca
o tu cuerpo que se desprende
poco a poco de su ropa

1.6.07

Rincón de Haikus

Colgué. Pero presento en sociedad (o sea lectores del blog) a mi nueva creación: Rincón de haikus


24.4.07

Baldosas

El esfuerzo es enorme (mis piernas son demasiado cortas) pero me reconforto con no pisarlas por dos o tres pasos. No miro por donde voy, mi cabeza apunta hacia abajo, pero se que voy a llegar a mi destino sano y salvo, porque que más seguro que no pisar las odiosas rayas simétricas del suelo.

Sin saberlo llego a mi destino y casi choco con lo que es para mi una enorme pared. Lentamente levanto la cabeza y un cuerpo como de gigante esta frente a mi. Desde aqui abajo y tan cerca pareciera que si esa pared- que resulto ser un hombre- levantase los brazos tocaría las nubes.

Eso que esta delante de mi, y que es un “grande”- definición que incluye cosas que a mi corta edad no puedo entender- se corre hacia un costado y mis orejitas escuchan una voz que dice: “Dale, entrá que la merienda esta lista”, es papá que me invita a entrar

Apenas se abre la puerta cancel me recibe el perro, se acerca a trote y me chupa la cara con fuerza, una fuerza que hace que mi cabeza se vaya para atrás. Es raro pensar que hace poco eso que hoy es mi amigo, que me divierte y me cuida casi como un centinela, era poco menos que un monstruo feroz que constantemente quería atacarme, y que con sus garras y su extraña piel me comería y se quedaría con todo el amor de papá y mamá.

Cuando la cálida bienvenida termina mi cara esta húmeda y pegajosa y me resulta difícil abrir los ojos. Mamá se acerca y con el repasador me seca y así finalmente puedo ver con claridad la mesa que espera servida: la leche preparada en la taza con mi nombre, las galletitas sobre el platito celeste que trajo abuela, las servilletas de papel sobre el mantel y Papá y el mate; porque papá y el mate son casi una sola cosa para mi. El viejo me dice: “Vení pibe, contame como te va en el jardín”.

Mi respuesta es breve, ”Bien... dibujamos mucho hoy”, contesto distraído por el festín de galletitas que esta frente a mi, en el platito celeste, al lado de la taza con mi nombre. Las como, una tras otra, sin darme cuenta que a la sexta galletita mi garganta pide ayuda, es así que agarro la taza con mi nombre y de un sorbo me tomo toda la chocolatada que tiene gusto al amor de mama. Cuando mi sed se acaba comienzo otra vez con las galletitas, pero esta vez la sed viene más rápido y tengo que pedirle a mama que me prepare otra taza.

Termina finalmente el ritual y poco a poco el cansancio me envuelve. Papá ve que mi ojos se empiezan a cerrar y me alza para llevarme a la cama. “Fue un día largo pibe, mejor que duermas una siesta”, me susurra. Mis ojos se cierran, a pesar de que hago un esfuerzo enorme porque todavía tengo ganas de jugar, de salir, de subirme al triciclo que todavía no lo use hoy, de dar una vuelta más y no pisar las odiosas rayas simétricas del suelo.

17.3.07

Gueleguaychú


¿Y si te digo que lo mejor fue le beso?
Un asomo de pasión
en la desesperación
del carnaval.





(la flor de papel, foto gay by Larra)

27.2.07

Numero equivocado

El teléfono sonó en el momento exacto en que el deseo de un llamado no podría haber sido mayor. El silencio que ocupaba el cuarto de Ana se rompió de repente, como si fuese una ramita demasiado frágil que inútilmente soportaba el temporal. Ansiosa por abandonar de alguna manera la soledad que sentía, corrió hacia el comedor, se acercó al teléfono y atendió.

- Hola...

- Perdón, equivocado.

12.2.07

Filosofía Contemporanea

Acel dijo:

"Yo te digo lo que es para mi ser normal: Escuchar música gótica y vestirse todo de negro es normal; escuchar música gótica y vestirse con jean y remera Levi's es anormal"

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27.1.07

En Buenos Aires a veces llueve

En Buenos Aires llueve. Es verano y la gente se moja, es que esperan otras caracteristicas para esta época del año. Acá llueve y hace que la ciudad abandonada parezca un poco más gris de lo que es en realidad. El poder de turno se esfuerza por hacer de la ciudad un lugar pintorésco y prepara variedades y eventos para alegrar el ambiente. Pero la melancolía está presente y hasta en los coloridos barrios del sur las comprarsas y corsos se esconden de las gotas.
Algunos pudieron escapar para quizás nunca más volver. Mientas tanto algun alma abandonada que se quedó cerca del puerto trata de sobrevivir a la humedad y al clima que se vive. Esos son los que no extrañan a la mojada Buenos Aires.